lunes, 16 de marzo de 2020

El Tuerto Alejo

Otro mote: el "Tuerto Alejo". Tuerto quiere decir torcido, que no es derecho, que no ve de un ojo. Don Alejo vivía en el Saladero y llegaba al centro en un sulky tan desvencijado como casi todos los vehículos de aquel tiempo. Era presidente de su club, Saladero. Pero además de presidente era secretario, tesorero, director técnico y aguatero de todas las divisiones.
Cuando algún jugador que vestía los colores rojo y negro de su poderosa entidad se lesionaba o sufría algún calambre, propio de la falta de entrenamiento, como era natural, don Alejo se le acercaba con una botella de "agua bendita" y lo reanimaba. El tipo se levantaba como un resorte y salía corriendo. En cinco minutos era capaz de definir un partido, hacer un par de goles en cualquier arco, reventar a dos o tres contrarios... cualquier cosa.
Claro, una hora después el reventado era él: ¡le habían dado grapa o ginebra!

Extraído de "Historietas Whitenses", de Ampelio M. Liberali. Museo del Puerto. Edición de la Cocina del Puerto de Ingeniero White. Bahía Blanca. Octubre de 1994; p. 31.

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