lunes, 4 de octubre de 2021

Antonio Perfetto

 Mentirosos o exagerados. Una obligación para matar el tiempo. Fue un visionario: habló de construir un edificio de vidrio. Después fue realidad: en Las Catalinas, en Retiro, Buenos Aires, hay varios de vidrio.

Compraba papas por vagón (¿!¡?) y los nietos lo cargaban: ¿A cuánto está la cosecha de papas...? ... Bueno... ¡Mándeme la cáscara!

Decía que era amigo de Yrigoyen. También que en un viaje en tren a Buenos Aires le había dado quinientos pesos de propina al camarero. (El boleto costaba ocho pesos).

También contaba el cuento de los indios en fila y los mataba a todos con una sola bala. Cuando vinieron en semicírculo dobló la escopeta y "tutti per terra". (Recuerdos de Tito Rossini, Tito Pacaruzzo...)


Extraído de "Historietas Whitenses", de Ampelio M. Liberali. Museo del Puerto. Edición de la Cocina del Puerto de Ingeniero White. Bahía Blanca. Octubre de 1994; pp. 42 y 43.