A propósito de Tucho Ursino, una tarde fue al negocio Amparo Morán y le pidió "un par de pendientes".
- Sí, señora... un momentito... -dijo Tucho y se fue a hablar con Ottaviani.
- Don Ítalo... ¿qué son pendientes...?
- ¡Aros, hombre!
- ¡Ah...!
Extraído de "Historietas Whitenses", de Ampelio M. Liberali. Museo del Puerto. Edición de la Cocina del Puerto de Ingeniero White. Bahía Blanca. Octubre de 1994; p. 63.