Tenía un hijo. Vendía maníes cerca del kiosco de Vidal. Calculaba la hora por el sol en el piso. (Recuerdo de Tito Distéfano).
Era confitero de la Escuela 13. Beba y Dora Greco le pagaban por semana. Vendía maníes y pochoclo. Confititos que llevaba empaquetados. Carrito con vidrio.
Tracción a sangre humana. Se metía entre las varas y hacía de caballo. Vivía cerca de Brihuega. Facturas y golosinas. (Recuerdo de René Fernández).
Extraído de "Historietas Whitenses", de Ampelio M. Liberali. Museo del Puerto. Edición de la Cocina del Puerto de Ingeniero White. Bahía Blanca. Octubre de 1994; p. 42.