martes, 23 de enero de 2024

Bar Curacó

Una noche aparecieron en el Bar Curacó dos clientes habituales. Eran el riojano y el pastelero. Pidieron un vino cada uno:

- No hay vino, se terminó.

- Bueno... una caña...

- Tampoco hay...

- ¿Qué hay?

- Leche...

- Bueno... ¡dos vasos de leche!

La tomaron. Con cara de asco pero la tomaron. Estuvieron una semana sin volver al Curacó. Cuando aparecieron de nuevo el dueño les preguntó:

- Hace una semana que no vienen... ¿qué les pasó...?

- Y... la leche de la otra noche... ¡nos agarró una diarrea bárbara...!


 Extraído de "Historietas Whitenses", de Ampelio M. Liberali. Museo del Puerto. Edición de la Cocina del Puerto de Ingeniero White. Bahía Blanca. Octubre de 1994; p. 62.