lunes, 31 de agosto de 2020

Nace la cantina de Tulio

 

Tulio era amigo de un tipo de Buenos Aires que había caído a White de carambola. Estaba noviando con una hermana de Tulio, Etelvina, y habían fijado la fecha del casorio a un mes vista. Su nombre era Alfredo Yaguedú.

Un día estaban en la vinería de Lombardo y Sardi y el tipo le dijo:

- ¿Quiere que le haga una cazuela...?

- ¿Y eso qué es...?

Hizo la cazuela: calamares, mejillones... un manjar salió. Sabía de todo el tipo. Cocinaba, pintaba, escribía. Después se supo que era amigo de Victoria Ocampo.

A Tulio se le prendió una lamparita. Más, una usina se le prendió:

- ¿Qué le parece si aquí abrimos una cantina...?

- Usted está loco. ¿Al frente una vinería y atrás una cantina...?

- Sí... ¡postergue el casamiento y la ponemos! -le dijo Tulio.


A Fontán y Luciani le compraron sillas y bancos: a Candell la mesada; Sabino les hizo la cocina a pagar ocho pesos por mes. Y el 7 de abril de 1960 se abrió la cantina Tulio, en Elsegood casi Mascarello.

El cocinero también pintó las paredes con motivos del puerto: los elevadores, los barcos, todo. Tulio era el mozo. Carmelo Lupo cantaba tangos. Fue un éxito total. La tuvieron que ampliar cuatro veces.

Comenzó una etapa gloriosa. Y cuando ya no hubo más lugar para agregar, se fueron al salón del Jockey Club, donde el cine ya no era negocio. Y allí la cantina se llamó Il vero Tulio. Tenía la cocina a la vista.


En Il vero Tulio había capacidad para cuatrocientos comensales abajo y ciento sesenta arriba. Funcionó allí entre 1967 y 1980. Allí Tulio le cantó "Leguisamo solo", al mismísimo Legui, que fue con Mineral y Pedro Olgo Ochoa. Y en la última noche de la cantina, cantó allí Nicola di Bari. También estuvieron Juan Manuel Fangio, Norma Aleandro, Raúl Alfonsín, Vicente Solano Lima, Valeria Lynch, Néstor Fabián... Cuando un buen departamento costaba unos cuatrocientos mil pesos, hacían cajas de tres millones. Podría haber comprado varios departamentos por año.


Extraído de "Historietas Whitenses", de Ampelio M. Liberali. Museo del Puerto. Edición de la Cocina del Puerto de Ingeniero White. Bahía Blanca. Octubre de 1994; pp. 37 y 38.